EUROPA

Cada viajero tendrá sus propias razones para viajar a Europa. A algunos les atrae su historia, la multiplicidad de culturas en un mismo espacio, las bellezas naturales, la facilidad para el transporte, la amplia y variada oferta de alojamiento, la arquitectura, las playas, las compras. El Viejo Continente guarda millones de secretos que seducen y atraen al más pintado de los viajeros. Curiosos de todo el globo se mueren por aterrizar en algún país europeo. Sí, nos llaman el Viejo Continente, pero el espíritu de los europeos es muy jovial. Buena parte de Europa, sobre todo la formada por el sur y los países mediterráneos, contagian la alegría de vivir que supone disfrutar de un clima envidiable, en ocasiones con más de 300 días de sol al año, que posibilita la vida ‘en la calle’. Bares, terrazas, restaurantes, parques, instalaciones al aire libre… las horas de luz incitan a vivir más y a tener mucho más asumida la cultura del ocio y de los amigos.

El carácter de estos europeos es amable y divertido. Poseen costumbres que apasionan a los viajeros de otros puntos del mundo: la siesta, la cervecita en una terraza o cantar en un pub con los amigos son usos envidiados y exportables que, rápidamente, conquistan al recién llegado.


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